martes, 10 de mayo de 2011

VII (Pradera)

Trueno herbáceo, limando las rugosidades
Frente a su garganta herbácea y tus ojos rojos,
Frente a la pradera herbácea tartamuda,
Frente a la hierba ardiendo,
Frente a la gruta de sus desdichas,
Frente a tu risa herbácea y tartamuda,
Frente a la hierba,
Frente a ti,
Frente a mí,
Riendo,
Llorando,
Muriendo,
Sola,
Estaba sola la muerte,
Estaba muerta la soledad,
Estaba yo, sola, allí en medio.

VI (Hoguera)

Rosa palo, dándole la espalda al fuego
Rugiendo su nombre como escamas de furia
Leyendo las rectas de la hoguera tartamuda,
Furiosa con el viento,
Furiosa con el mar,
Furiosa con el frente cálido y húmedo que se abate contra su dorso ardiente,
Mareada y gritando,
Perdida,
Perdida,
Buceando sola,
Perdida en lágrimas,
En sus ojos de gritos
En sus dientes de gracia.

V (Pescadores, Marisma)

Literatura azul volando sin cesar
Por el pelo de la tormenta
Refulgiendo al sol
A la lluvia
A la atmósfera embravecida
Gritando “¡verde! ¡verde!”

“¡Verde, verde, verde!”

Azul. Inmenso azul
Quebrando la puerta del infinito,
Despeñándose por el edificio abandonado
en la playa del mediodía tórrido
Como una mañana sin pan, agua, hambre ni sed,
Como una mañana entre juncos,
Entre juncos de oro de seda y de mar,
Entre juncos de lino, de verde, de juncos,
Entre barcas azules y blancas que parten hacia el mar de niebla
Mar del que no volverán
Con sed de hambre de muerte de vida
Con furia de fuego,
Con fuego ardiendo bajo sus párpados
De sal y marisma,
De azul, verde, fuego,
De bosque quemado en sus venas, en sus brazos,
En su piel de sal,
Estatuas de primavera.

III y IV (trébol)

III (Trébol)

Negros troncos de líneas oscuras que gritan sin cerco
Por la noche
Por los demás
Por ti
Por el mar.

Tres líneas de seda que surcan el fin de la existencia,
Lentas cáscaras teñidas de fresa
Lombrices de seda
Ramas de seda
Telares de seda
Ruidos de seda
Seda de aire.

Oro, tiempo, líneas, mar.

Centeno abandonado sobre la hoguera de tus ojos cársticos.

Ondulaciones sobre tu risa

Pobreza circense donde roe el marco de la puerta
Comiendo las esperanzas del mañana
El hoy
El ayer
El nunca.

Más que nunca, caracoles temidos por tempestades, por fuegos, por incendios
Por pasiones inacabables,
Por ti
Por tu pelo de tréboles al viento
En una mañana de fuego
En un fuego de risa
En un trébol de fuego.

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IV (trébol)

Hoguera de zumo
De naranja de verde licor.

Amilanado halcón peregrino
Surcando el amarillo cielo de tu espalda blanca,
Esponjosas nubes de piedra flotando en el bosque,
Koalas lanudos descolgándose por el mapa de tu eterna juventud,
Acabando con el ansiado fin de la eterna espera.

Limbos de miel y sonrisas entre hojas de abeto,
Agujas de tréboles asesinos,
Metálicas púas de erizo soleado
como una montaña recién ordeñada.