viernes, 7 de septiembre de 2012

XLIV

Las gaviotas alzan el vuelo
desde tu garganta de acantilado
y me enredo en la suave melodía
de tus palabras y de tus risas,
de tus sílabas de jilgueros de aire,
de tu boca y de tus labios,
de tu mirada de mar de niebla,
de tus mejillas de nubes y sueños,
y tu voz acuna mi alma de niño,
y tu voz abre la jaula
de aquel alma de pájaro enjaulado.