viernes, 10 de febrero de 2012

XXVIII

Madera tibia al tacto,
alcohol en las venas,
frío doloroso en el alma.

Manzanas descolgándose del árbol
del tiempo perdido,
de besos de despertador,
de sonrisas de dientes blancos de segundero.

De besos como hojas imaginarias,
de alma rota por raíces de baobab,
de abrazos de laberintos
que no llevan a ningún sitio,
que llevan al helado infierno que me calcina
como plantas perdidas en el desierto.