martes, 6 de marzo de 2012

XXXI

Allí es donde Ella mora,
donde Ella, verde,
donde el verde bosque se torna rojo
y el esponjoso suelo rezuma sangre.

Allí es donde mi garganta arde,
donde el letrero resplandece con luz amarilla,
donde ciertos días vuelven hacia mí la vista
para golpearme con cadenas de plomo.

Donde aquel campanario rojo trina
de felicidad, de ira y de rabia,
de odio y desazón y dolor,
de matorrales secos y espinosos
desgarrando mi garganta,
henchida,
al viento.

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