jueves, 31 de mayo de 2012

XL

Sal del Océano Índico,
sangre sobre las tablas de madera,
lona blanca gimiendo al viento,
cabos, sudor, pieles morenas,
olor a pólvora y a muerte,
la vista en el horizonte, los pies sobre las olas,
manos callosas aferrando machetes,
maldiciones, juramentos, blasfemias,
el mismo Dios torturado y encerrado en la bodega,
el mismo Álvaro de Campos en pie, junto a la rueda del timón.

Eia, que vida essa! essa era a vida, eia!
Eh-eh-eh-eh-eh-eh-eh!
Eh-lahô-lahô-laHO-lahá-á-á-à-à!
Eh-eh-eh-eh-eh-eh-eh!

Una bandera negra danzando al son
del aullido de la muerte próxima y la ebriedad,
de la sed de sangre, de venganza, 
de dolor ajeno y propio,
del asesinato de la civilización y la moral,
de cabezas cortadas y hombres empalados,
de mujeres violadas y de ciudades en llamas,
de saqueos y humo de hogares ardiendo,
de carne humana repartida sobre el suelo,
de golpes y cortes en brazos y piernas,
de mutilaciones y de vísceras de niños,
de sucias uñas de rufianes clavándose en la cara
de chiquillas arrodilladas suplicando por su vida.

Darby M'Graw-aw-aw-aw-aw!
Darby M'Graw-aw-aw-aw-aw!
Fetch a-a-aft the ru-u-u-u-u-u-u-u-u-um, Darby.

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