viernes, 23 de noviembre de 2012

LIII

Sigo soñando con hundir mis dedos
en tu pelo como en hojas de Otoño
y que mis labios rocen
lentos, suaves y ardientes
la imaginaria línea
debajo de tu oreja,
frontera de tu nuca...
Sueño y parece eterno y tan lejano,
sueño desde hace tanto y de tal forma
que los recuerdos pesan como piedras,
como montañas que aplastan el alma,
alma que arde en las llamas
de incendio de deseo
de tu cuerpo y me abrasa.

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